Estos signos tienen una escasa compatibilidad, ya que el fuego de Sagitario se ve aplacado por el agua de Piscis. No obstante, si esto ocurre con mesura, puede llegar a haber un interesante equilibrio entre sus representantes.
Aspectos positivos.
Salirse de la rutina: a Piscis le cuesta mucho trabajo encontrar la forma, y luego animarse, de salirse de sus hábitos cotidianos. Pero una vez que el arquero llega a su vida, todo se transforma en una aventura digna de ser vivida intensamente.
Una relación de igual a igual: ambos signos dejan que el otro se exprese libremente y lo que menos les interesa es llevar el control de la relación. Las decisiones serán siempre compartidas y se tratarán como iguales, no habrá jerarquías dentro del vínculo.
Energías opuestas que se complementan: sus energías son muy diferentes, pero esto también genera que cada uno complete la parte que el otro ha dejado vacía. Por ejemplo, cuando Piscis esté desanimado, Sagitario pondrá el entusiasmo; mientras que cuando el arquero esté demasiado efusivo, el pez aplacará su ansiedad.
Aspectos negativos.
Introversión: Piscis es un signo que necesita recurrir al análisis profundo de las motivaciones de las personas, incluso de sí mismo. Esto es algo que puede llegar a complicarle la vida a Sagitario, en especial cuando el pez intente descubrir traumas y dolores de la infancia de su compañero. Esta dinámica es demasiado para un nativo que vive solo en base a lo visible.
Impulsividad: el arquero es totalmente impulsivo, se lanza a aquello que le entusiasma sin pensar. Cuando Piscis se sienta dejado de lado por un ritmo de vida en el que no encaja y cuando se dé cuenta que su compañero no escucha sus llamados a la prudencia, sentirá que no tiene mucho que hacer en la vida de alguien tan poco reflexivo.
Altibajos: mientras que el centauro vive en una línea de entusiasmo ascendente, Piscis sube y baja todo el tiempo. Sagitario perderá la paciencia y puede que la relación se termine desmoronando.
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